viernes, 5 de julio de 2013

Las cosas de las que puedo hablar

Es un título que dice poco. Por que podría hablar de cualquier tema, podría volver a mis clásicos (Aznar, corrupción, Silvio, las pseudociencias...), podría ponerme a escribir sobre fútbol, sobre pintura abstracta (aunque sea muy poco ducho en la materia), sobre cualquier cosa que me apeteciera, por que este es un formato que me permite explayarme.

Pero es simplemente un recurso para dejarme fluir, para dejar constancia de lo poco que importa que lo haga, no sólo yo, no, cualquiera que escriba o hable en cualquier medio. La cantidad de información que manejamos últimamente es tal, que los escándalos duran una semana, los triunfos y las derrotas tan solo unos días y las noticias de sucesos se olvidan en unas horas. La posteridad (fama póstuma en la segunda acepción de la rae y graciosa forma de darle categoría a un simple post) es cada vez más cara por que es difícil recordar un nombre o una cara mientras pasan los años.

En este momento de convulsión (al que pondrán un nombre en unos años, algo así como la crisis de la burbuja) el olvido se ha convertido en la forma más fácil de resolver los problemas, como si fueramos una sociedad con alzheimer que vaga sin cesar por los márgenes de la historia, sin saber si lanzarnos al mar o permanecer en tierra tragando todo el polvo del que seamos capaces, inconscientes, pensado que es sólo el primer bocado.

No hay comentarios: