lunes, 18 de octubre de 2010

El espacio no es tan infinito

Al menos el de los asientos de los aviones. Se da la circunstancia de que este fin de semana me he bajado a Madrid en un avión de la compañía Iberia. Más allá de los retrasos que se produjeron en el viaje de vuelta (un par de horas) las dos horas de viaje (una de ida y otra de vuelta) se transformaron en un pequeño infierno por que los de la compañía parecen creer que la media de altura de sus pasajeros es de metro sesenta. Mis rodillas no pararon de tocar el asiento delantero ni un minuto, con la consiguiente incomodidad.

Imagino que la gente de Iberia (pero no sólo ellos, he volado en otras compañías con igual distancia entre asientos y en vuelos más largos) que se dedica al diseño del interior de los aviones tiene como consigna meter a más pasajeros en el mismo espacio. Pero ya me gustaría verlos a ellos en su oficna con las piernas apretujadas contra la pared. No es posible por que tendrán a alguien en prevención de riesgos laborales que les dirá que no puede ser, que las piernas deben tener espacio suficiente para moverse con libertad. Algo que no ocurre en sus putos aviones para cargar personas como si fueran ganado (aunque creo que los animales viajan con más espacio).

La próxima vez pienso poner una reclamación. y os aconsejo que hagáis lo mismo.

1 comentario:

unsantoenlaciudad dijo...

Lo mismito pensó Bin Laden.
Que sepas que Ryanair amenazó con llevar pasajeros de pie. Si señor, con un par.